Sólo
quedan dos docenas de kohau rongorongo
auténticas, repartidas en museos de América, Europa, Asia y Oceanía. El
significado de sus signos finamente grabados con dientes de tiburón o lascas de
obsidiana, supuestamente ideográficos, y escritos en bustrófedon, es uno de los
últimos misterios de Rapa Nui. Desde copulaciones cosmogónicas a datos
astronómicos y para la navegación, o simples códigos mnemotécnicos, son muchas las interpretaciones que se han ido
extrayendo parcialmente del exiguo número de tablillas conservadas. Lingüistas,
antropólogos y aficionados han dedicado la vida a su estudio, consiguiendo
apenas acercamientos incompletos a su interpretación. Durante todo el transcurso de Rongorongo asistimos a discusiones en torno a este apasionante tema.Textos: Rongorongo Más info: AlexGuerraTerra
Tablilla Aruku Kurenga. SS.CC. Picpus, Roma. Italia |
Tablilla Mamari. SS.CC. Picpus, Roma. Italia |
A pesar del incansable trabajo de diversos estudiosos de diferentes áreas científicas, lo cierto es que no se sabe a ciencia cierta cuál es su significado.
"La existencia de motivos astronómicos en algunos petroglifos es indiscutible, así como el uso para la observación de algunos observatorios astronómicos llamados tupa, y la orientación de algunos ahu moai que miran hacia la salida o la puesta del sol en solsticios o equinoccios. Todo esto me ha dado qué pensar, y observando las tablillas rongorongo, particularmente una que se encuentra en Roma, la Mamari, he podido comprobar, no sólo el parecido morfológico de algunos signos con los de ciertos petroglifos de indudable índole astronómica, sino que me atrevo a afirmar que fue diseñada y ejecutada exclusivamente en tanto que lista de instrucciones para la navegación sideral a través del océano."
"La existencia de motivos astronómicos en algunos petroglifos es indiscutible, así como el uso para la observación de algunos observatorios astronómicos llamados tupa, y la orientación de algunos ahu moai que miran hacia la salida o la puesta del sol en solsticios o equinoccios. Todo esto me ha dado qué pensar, y observando las tablillas rongorongo, particularmente una que se encuentra en Roma, la Mamari, he podido comprobar, no sólo el parecido morfológico de algunos signos con los de ciertos petroglifos de indudable índole astronómica, sino que me atrevo a afirmar que fue diseñada y ejecutada exclusivamente en tanto que lista de instrucciones para la navegación sideral a través del océano."
Tablilla Atua Mata Riri o Pequeña de Washington |
Las que no fueron vendidas o intercambiadas, por europeos y los propios habitantes de la isla, fueron quemadas por los misioneros, por
ser consideradas satánicas, portadoras de extraños estados mentales y
espirituales, mensajes no convenientes para la labor evangelizadora.
"Todo aquello que
tenía un profundo significado simbólico para el pueblo, estaba siendo llevado
fuera de la isla… regalado, vendido, intercambiado, o simplemente quemado, por
los misioneros y otros extranjeros."
“A
escondidas, porque necesitábamos un permiso especial para circular fuera de
Hanga Roa, que yo no tenía, y con Mahina
como testigo, guía y luz en mi camino, llegué hasta las cuevas referidas por mi
padre, con una kohau hermosamente
tallada, que conservábamos en nuestra humilde pae pae y que aún no había sido descubierta por los intrusos, para
conversar con aquellos sabios ancianos, rogarles que escondieran el objeto
sagrado que portaba y que me enseñaran todo lo que sabían. No iba a permitir
que la memoria de nuestros tupuna
muriera, si en mis manos estaba evitarlo…”
Uno
de los más interesantes desafíos a los que se enfrentan los estudiosos de la
isla, es sin duda el desciframiento de las kohau
rongorongo, tablillas de madera de toromiro o palo de rosa de
Oceanía (mako’i), con signos finamente grabados con dientes
de tiburón o lascas de obsidiana, supuestamente ideográficos, escritos en bustrófedon (comienza a
leerse por izquierda y luego se gira la tablilla para leer en siguiente línea que
está en posición inversa), y de los que poco se sabe. Pero la falta de un corpus relevante, la
ausencia textos bilingües o trilingües, el desconocimiento del idioma rapanui
antiguo, y las casi nulas posibilidades de ampliar el corpus con nuevos
hallazgos, hacen de este esfuerzo una tarea de resolución poco probable, casi
inútil.
Tablilla Grande de Santiago. Museo de Historia Natural de Santiago. Chile |
“Reconocí el salmo que solía recitarme
algunas noches antes de dormir, aunque allí en Orongo, esa noche de Mahina Omotohi, luna llena, me pareció
la manifestación perfecta de un espíritu en éxtasis. Lo sabía de memoria,
aunque desconocía la antigua lengua de mis antepasados y por lo tanto su
verdadero significado, así que cerré los ojos y abrí bien mis oídos y las
puertas de mi corazón, pues adiviné que esa noche mágica algo importante me sería
revelado.”
Tablilla Pequeña de San Petersburgo. Museo de Arte y Etnología Pedro el Grande de la Academia de Ciencias. San Petersburgo. Rusia |
Tablilla Pequeña de Santiago. Museo de Historia Natural de Santiago. Chile |
"El paradigma en
torno a las tablillas de la Isla de Pascua continuaba siendo de resolución
improbable, por no decir imposible, debido sobre todo al exiguo repertorio de
documentos originales existentes. La falta de un corpus relevante, reducía la
oportunidad de conocerse con certeza el repertorio completo de sus signos y la
variedad estándar del rapanui escrito, en el supuesto de haberla habido,
indispensables para una indagación y comprensión coherentes. Además, sin el
conocimiento del idioma original rapanui, el proto-rapanui, ya perdido a pesar
de los esfuerzos incansables de numerosos investigadores rusos, resultaba
arriesgado procurar información de las tablillas, a partir de un idioma completamente
modificado, con intrusiones del inglés, el francés y el tahitiano, como también
el español más recientemente y algunas palabras inventadas para la adaptación
al progreso. Como si esto fuera poco, la insuficiencia documental
difícilmente iba a ser solventada con nuevos hallazgos, por lo que las
esperanzas de un avance real eran prácticamente nulas."
Testimonios sobre las rongorongo:
Ai te ana tako’a ma hakarere i te kohau rongorongo, te ta’u,
te reimiro. Ko Pu Va’e hetu te ingoa o te ana. Ina kai angiangi e Renga
Hopuhopu i te ana, te tahi tangata no i angiangi. I na’a ro ai toona matu’a e
toru te kauatu rongorongo, kohau hauhau, miro reherehe; i hoki era mai Ana Rape
ki Mahina, he u’i, ku para á te kohau hauhau.
Había también una cueva para guardar tabletas inscriptas, tabletas ta’u y reimiro. Pa Va’e hetu era el nombre de la cueva. Renga Hopuhopu no conocía esa cueva, algunas otras personas no más la conocían. Su padre había escondido treinta tabletas inscriptas, eran tabletas de madera del árbol hauhau que es blanda; vuelto de Ana Rape a Mahina, vio que las tabletas de hauhau estaban podridas.
He topa mana’u o Renga Hopuhopu o te pokiinga
Había también una cueva para guardar tabletas inscriptas, tabletas ta’u y reimiro. Pa Va’e hetu era el nombre de la cueva. Renga Hopuhopu no conocía esa cueva, algunas otras personas no más la conocían. Su padre había escondido treinta tabletas inscriptas, eran tabletas de madera del árbol hauhau que es blanda; vuelto de Ana Rape a Mahina, vio que las tabletas de hauhau estaban podridas.
He topa mana’u o Renga Hopuhopu o te pokiinga
Recuerdos de la infancia de Renga Hopuhopu a Te Tono
Fragmento referido por su nieto Luis Paté
Leyendas de Isla de Pascua
P. Sebastián Englert (1888-1969)
Fragmento referido por su nieto Luis Paté
Leyendas de Isla de Pascua
P. Sebastián Englert (1888-1969)
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